PIÓMETRA EN PEQUEÑOS ANIMALES

piómetra en pequeños animales
14 · 12 · 2021

Hoy hablamos de la metritis canina o felina, comúnmente denominada piómetra. Es una patología habitual en clínica de pequeños animales, dándose en hembras de edad adulta o geriátrica, aunque también puede aparecer en hembras jóvenes.

 

Es una enfermedad grave que requiere de atención rápida. Está relacionada con dos hormonas femeninas, el estrógeno y la progesterona siendo estas las que juegan un papel importante en el desarrollo de la piómetra, ya que su acción hace mas factible la proliferación de microorganismos dentro de la luz uterina.

 

Tras el estro, cuando pasamos a la fase de diestro (fase en la que debería eliminarse el sangrado), la concentración de progesterona aumenta por lo que disminuyen las contracciones uterinas y se producen ciertos cambios en el endometrio. Todo esto favorece el crecimiento bacteriano de origen genitourinario, que están presentes de manera natural en estas zonas y que en condiciones normales no representan una amenaza.

 

Existen dos tipos de piómetra:

 

  • Abierta: en el cual existe descarga vaginal, que puede ser de diferentes tipos: mucopurulenta, hemopurulenta, purulenta… En este escenario el cérvix está abierto y permite la evacuación del contenido favoreciendo el cuadro clínico siendo menos agudo y facilitando el diagnóstico clínico.

  • Cerrada: en este cuadro el cérvix permanece cerrado, pudiendo percibir en algunos casos, distensión abdominal, apatía, vómitos, anorexia, fiebre, poliuria y polidipsia de forma más aguda que en el caso anterior, pero sin presentar la descarga vaginal de contenido.

 

piómetra piómetra en perra

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Signos clínicos

 

Los signos clínicos que presenta esta patología pueden ser inespecíficos y muy variables, debido a que no siempre hay una secreción que nos indique la presencia de la patología de manera evidente.

 

Hay que tener en cuenta que la infección uterina puede no quedarse de manera exclusiva contenía en la luz uterina, pudiendo extenderse hacia la cavidad peritoneal, complicando el cuadro con una peritonitis séptica.

 

Cabe destacar que, con la gravedad y potencial nocivo de la patología, esta debe tener en cuenta en toda perra entera que muestre los siguientes signos clínicos:

 

síntomas piómetra, polidipsia

  • Letargo
  • Depresión
  • Anorexia
  • Fiebre
  • Polidipsia y poliuria (excesivo consumo de agua y micciones constantes)
  • Descarga vaginal sanguinolenta y/o purulenta

 

Otros síntomas menos frecuentes pueden ser de carácter gastrointestinal como la presencia de vómitos o diarrea.

 

Diagnóstico

 

Una vez detectado alguno de estos signos clínico es importante acudir con el animal al veterinario.

 

A partir de una anamnesis del caso, un examen físico completo del paciente y pruebas diagnósticas, dentro de las cuales la ecografía abdominal es la más sensible para su detección, el clínico podrá realizar un diagnóstico certero de la patología del animal, o bien proceder al descarte y poder seguir indagando en el diferencial.

 

ecografía piometraecografía piometra

 

 

 

 

 

 

 

analítica sanguínea

De igual manera la analítica sanguínea puede arrojar información importante sobre el cuadro, ya que la piómetra acostumbra a cursar, hematológicamente hablando, con un cuadro de leucocitosis con neutrofilia y desviación izquierda (glóbulos blancos elevados).

 

Por tanto, las pruebas laboratoriales son un apoyo diagnóstico y una herramienta indicativa de la gravedad del cuadro presentado por el paciente. Otras alteraciones menos frecuentes que podemos encontrar, es la alteración de parámetros bioquímicos como Creatinina y Urea que pueden indicar alteraciones renales.

 

Tratamiento

 

Una vez diagnosticada, hay que tener en cuenta que la piómetra supone una urgencia médica y quirúrgica. Esta requiere de una rápida intervención, ya que como se ha expuesto anteriormente tiene el potencial de provocar un cuadro séptico, potencialmente mortal.

 

El tratamiento de elección, y el más eficaz, es la resolución quirúrgica. A partir de una ovariohisterectomía, es decir, la extirpación de los ovarios, cuernos y cuello uterino. No se debe obviar que es una cirugía abdominal donde el animal debe ser sometido a anestesia general, con los riesgos inherentes del proceso. Por lo tanto, ante situaciones de inestabilidad la recomendación siempre es estabilizar al paciente y tras ello proceder a la intervención.

 

La cirugía es un procedimiento curativo, con un pronóstico muy favorable. Teniendo una recuperación rápida.

 

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El post – operatorio no es muy diferente al que debe tener una perra esterilizada, consiste en cuidados de la incisión, el uso de collar isabelino para evitar lamido de la herida, y la administración de antiinflamatorios, analgesia y antibióticos.

 

Si notas alguno de los síntomas anteriormente mencionados acude al veterinario cuanto antes. La piometra detectada a tiempo tiene solución, pero esperar puede resultar mortal para tu animal.